Muchas situaciones se pueden manejar sin la ayuda de un psicólogo. Un amigo, un compañero de vida puede, con evidencia, tener buenos consejos y ser un buen oyente. Unos valores y actitudes implícitos distinguen el ámbito terapéutico. La terapia no está destinada a consolar o dar consejos. En psicoterapia, todas las emociones están bienvenidas, el trabajo del psicólogo es acoger sin juzgar todo lo que se comparte.